“UN Women Goodwill Ambassador Emma Watson Co-Hosts Special HeForShe Event” de United Nations Photo sota llicència CC BY-NC-ND 2.0 DEED

Las tres grandes preguntas para hablar en público de manera eficaz: ¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo?

¿Te pones nervioso/a cuando tienes que hablar delante de una audiencia? ¿Eres capaz de sintetizar lo que quieres decir en un minuto? ¿Quieres convencer a tus potenciales votantes? ¿Quieres persuadir a tus adversarios políticos? ¿Sabes evaluar tus habilidades orales y potenciar tus virtudes? ¿Quieres mejorar tu oratoria? Puedes mirar este vídeo o leer el artículo en 2 minutos.

Hablar en público de manera eficaz no es fácil, pero es posible si conoces las principales claves. Porque no es lo mismo hacer un discurso delante de una gran audiencia que delante de un público reducido, ni es lo mismo hablar delante de los medios de comunicación que dar la mano a un potencial votante. Aunque conocer las singularidades de la oratoria no es una tarea sencilla y requiere entrenamiento, puedes lograrlo si te lo propones.

Liberar al orador/a que llevas dentro no se resuelve con una conferencia de una hora, ni siquiera con un curso de doce horas si no tienes aptitud para hacerlo. Sin embargo, si te atreves a descubrir las técnicas de los grandes oradores/as, si cambias la perspectiva cuando preparas un discurso, si entiendes qué necesitan los medios de comunicación cuando te llaman, tendrás muchas más herramientas para mejorar tu oratoria en público.

Para empezar, debes hacerte algunas preguntas: ¿Cuáles diferencias crees que hay entre los grandes discursos de la historia y los mediocres? ¿Cómo crees que se preparan los discursos los mejores oradores/as? ¿Sabrías detectar una intervención bien estructurada? ¿Sabrías analizar la comunicación no verbal de la ciudadanía que te reclama mejoras y resultados?

“U.S. President Obama Speaks at Intel's Fab 42” de Nick Knupffer bajo licencia CC BY-SA 2.0 DEED

Estas preguntas tienen múltiples respuestas. Los grandes discursos requieren de un orador o una oradora con carisma, que sepa tocar los temas que preocupan a la audiencia, que domine la presencia en el escenario o delante de las cámaras y los micrófonos. Pero también es necesario que sepa dar bien la mano, pueda moverse con solvencia por el espacio y atrape con la mirada a quien pueda escucharlo. Es necesario que el orador/a entienda los señales no verbales en la interacción con los interlocutores, que utilice la voz con variedad y precisión, que simplifique la estructura y, al mismo tiempo, que enriquezca el contenido para hacerlo amigable.

Dado que las preguntas que formulaba tienen múltiples respuestas, intentaremos sintetizarlo en tres puntos: ¿QUÉ? ¿QUIÉN? ¿CÓMO? Qué digo, a quién se lo digo y cómo lo digo. Estas son las tres claves para hablar en público de manera eficaz.

Empezemos por el CÓMO. La forma es tan importante como el fondo. En primer lugar, debes tener en cuenta la comunicación no verbal, que está compuesta por la imagen personal y la gestualidad (facial, manual y corporal). Antes de comenzar un discurso o una intervención en medios o un contacto con la ciudadanía, debes tener muy claro qué imagen quieres proyectar, cómo tu público te da señales de si le gusta lo que le dices o no a través de la gestualidad y la posición corporal. En segundo lugar, debes planificar un poco cómo utilizarás la voz para mostrarte más competente. No es lo mismo hablar con un volumen alto o bajo, ni utilizar un tono grave que agudo, como tampoco es lo mismo hablar a un ritmo de 120 palabras por minuto o a 180 palabras por minuto.

Una vez has pensado en el CÓMO, deberías centrarte en el QUIÉN. Quién tienes delante es más importante que tú mismo/a. Debes hacer un estudio de la audiencia, saber de dónde vienen, qué formación tienen, de qué trabajan y por qué tienen que escucharte. En función de esto, si conoces qué tipo de orador eres, no te será difícil adecuar tu lenguaje, los ejemplos que emplearás o, incluso, la imagen personal que quieres proyectar.

Si ya tienes resuelto tanto el QUIÉN como el CÓMO, has de pensar en el QUÉ. Aunque te parezca que tienes muy claras las ideas que quieres trasladar, hacerlo de forma amable y comprensible no lo es tanto. Del 100% que piensas que dirás, probablemente acabarás explicando un 80% y, la gente, acabará recordando un 20%. Por lo tanto, debes ser muy preciso en las cosas que quieres decir y las que has de obviar. Por eso, por un lado debes tener conocimiento de los topoi, aquellos consensos sociales sobre temas comunes, que no necesariamente son verdad pero que existen. Y, por otro lado, debes diseñar una buena estructura tripartida: en la introducción debes pensar en una captatio benevolentiae (movimiento vertical de amabilidad del orador respecto al público) y una captatio de interés (movimiento horizontal de acercamiento del tema respecto al público); en el desarrollo, deberías sintetizar los puntos de tu discurso en un máximo de tres; Y, finalmente, has de imaginar una conclusión memorable.

“Greta Thunberg le 17 Janvier 2020à Lausanne” de MaRkUs ScHwEiZeR bajo licencia CC BY-SA 4.0 DEED

Como adelantaba al inicio, con una hora de conferencia (o dos páginas de resumen) es imposible aprender a hablar en público con eficacia, pero si te atreves a descubrir sus secretos (y sobre todo te atreves a practicarlos) serás capaz de hacerlo. Por todo esto, antes de cualquier intervención oral debes preguntarte QUÉ quieres decir, a QUIÉN se lo dirás y CÓMO lo quieres hacer.

Josep Vicenç Mestre Nogué